Las islas más exclusivas del Mediterráneo

Para disfrutar de unas vacaciones como los auténticos dioses, no existe mejor sitio que Miconos. Esta pequeña isla griega es, probablemente, la más famosa del país heleno, principalmente por sus hermosas playas -en su mayoría nudistas- y su animada vida nocturna. No es un lugar para cualquiera. A Miconos solamente viaja la crème de la crème. Es bien sabido que aquí es fácil entablar relaciones ya que, es tan pequeña, que la cercanía entre las personas es inevitable. Así que si viajas a Miconos, puede ser que termines enrollándote con alguien de la aristocracia…

El nombre de la isla se debe a Mykono, hijo de Apolo y cuenta la leyenda que fue aquí donde Hércules mató a los gigantes, lo que creó las rocas que abundan por la geografía del lugar al petrificarse. La capital, Chora, es un precioso pueblo blanco con ventanas de madera y pintorescas ventanas y puertas que contrastan por sus vivos colores. Si lo que quieres es salir de fiesta, no hace falta buscar mucho, la encontrarás por todos lados: en la ciudad, en la playa, en el interior… No te pierdas el ambientazo que se vive en Playa Paradise y Super Paradise.

Santorini (también conocida como Thera, Santorín y Thira) es sinónimo de exclusividad. Esta isla forma parte del archipiélago de las Cícladas, en el mar Egeo, y se diferencia del resto por su peculiar orografía en forma de media luna, moldeada por una gigantesca explosión volcánica en el siglo XVII a.C. que provocó un enorme cambio climático en todo el Mediterráneo y, según cuenta la leyenda, hundió la Atlántida, supuestamente ubicada aquí. Como buena isla griega, su arquitectura es claramente reconocible por las casas encaladas y los techos azules en forma de cúpula que le aportan ese toque que encanta a cualquiera.

En Santorini el ocio no falta. Aunque el tamaño de la isla no es excesivamente grande, la variedad de paisajes y actividades es más que suficiente para que cada uno encuentre algo interesante que hacer. Si lo tuyo es la fiesta, tienes que dirigirte a la zona del puerto. Si lo que buscas es tranquilidad, puedes acercarte a alguna de sus playas volcánicas, donde la paz está asegurada. No te pierdas la impresionante puesta del sol en Oia, los yacimientos arqueológicos como el recinto arqueológico de Akrotiri o las ruinas de la antigua Thera y recorre los senderos que serpentean por los acantilados. ¡Te enamorarás!

Los romanos ya tenían claro cuál es el paraíso para disfrutar de unas buenas vacaciones y por eso Capri ha sido uno de los destinos de relax más importantes del Mediterráneo desde la antigüedad. Su exclusividad está directamente relacionada con el tamaño de la isla ya que tiene una superficie de tan solo 10,36 km², lo que no significa que no sea un lugar lleno de posibilidades. Por esta y varias razones, esta isla fue también el destino preferido de la jet set durante los años 50, cuando Jaqueline Kennedy implantó la moda de caminar con los pies descalzos.

El entorno natural de Capri es impresionante y su flora se encuentra entre las más ricas de Italia. A diferencia de otras islas napolitanas, Capri no es volcánica, por lo que las formaciones de roca caliza han dado lugar a más de 65 farallones y grutas entre las que destacan la Grotta Azzura (65 m), Stella (109 m), Scopolo (104 m) y Faraglione di mezzo (81 m), las cuales son accesibles a través de barcas que flotan en ese azul tan característico del mar capresi. Los dos centros urbanos de mayor importancia son la ciudad de Capri y Anacapri, donde encontrarás de todo antes de volver a tu suntuoso refugio.

Evidentemente, entre las islas más exclusivas del Mediterráneo, se tenía que colar una española y es la más pequeña de las Baleares la que ostenta el título. Formentera es uno de los destinos preferidos por la élite de todo el mundo. Sus maravillosas playas que no le piden nada a las del Caribe, su sensacional clima, sus encantadores rincones y ese halo de tranquilidad que se respira en cada rincón son las razones por las que Formentera se puede considerar un paraíso.

¿Qué ver en Formentera? Por pequeña que parezca, esta isla está llena de rincones mágicos que le declaran la guerra al aburrimiento: el Faro de la Mola, en pie desde 1861, es el gran protagonista de “Lucía y el Sexo”; el Parque Natural de Ses Salines, un riquísimo ecosistema donde habita la posidonia, el ser vivo más antiguo del planeta; la península de Es Trucadors, donde se encuentran las hermosas playas de Es Cavall d’en Borràs, Ses Illetes y Llevant; y si lo que quieres es pegarte una fiesta a lo grande, Ibiza está a tiro de piedra.

Hvar es el destino más in de la costa dálmata. Esta isla croata se encuentra a tan solo una hora de distancia en barco desde Split, aunque gran parte de los que la visitan acceden en barcos privados. Este es uno de los lugares favoritos de Beyoncé y, precisamente aquí, tuvo una revelación al contemplar la vegetación de lugar que le sirvió de inspiración para nombrar a su hija: Blue Ivy (hiedra azul). Pero más allá del famoseo, esta isla adriática está repleta de hermosas playas de arena blanca y enormes bosques que no han sido tocados por la mano del hombre.

Es fácil dejarse impresionar por los encantos arquitectónicos de los pueblos de Hvar, donde la mezcla de estilos es el principal protagonista. La aristocracia veneciana dejó una profunda huella pero también se observan edificios góticos y renacentistas. Las playas que ningún visitante se puede perder son: Zecevo, a la que se accede en barco desde Jelsa; Stari Grad, ideal para hacer snorkel; Palmizana y la playa nudista de Zavala.