Un viaje al pasado: los hoteles históricos más impresionantes de España

Dominando la bahía de Málaga desde lo alto del monte de Santa Catalina -situado en el barrio de El Limonar, uno de los más exclusivos de la ciudad-, se encuentra un imponente castillo construido en el año 1624 por órdenes del rey Felipe IV, cuya finalidad era proteger a la ciudad del asedio enemigo. Tras años de abandono, el Conde de Mieres toma la decisión de construir su residencia particular junto a la fortaleza y encarga a los arquitectos franceses Lahalle y Levard el levantamiento de un palacio neo-árabe cuyas vistas fueran incomparables. Tras una reforma que permitiera la convivencia de la modernidad con la historia, el conjunto, declarado Bien de Interés Cultural, alberga un espectacular hotel histórico con las mejores vistas al mar.

El Castillo de Santa Catalina es un hotel al que le sobra encanto y personalidad. Cada habitación cuenta con un estilo propio y todas las comodidades necesarias para asegurar el mejor descanso. Los azulejos, mármoles, artesonados y suelos hidráulicos otorgan las sensación palaciega que corresponde a la edificación. El castillo es un espacio perfecto para celebrar cualquier tipo de evento, ya que cuenta con más de 3.500 metros de jardines, salones y terrazas y se ofrece el servicio de catering de la mano de Catering Lepanto, una empresa especializada con muchísima experiencia.

En el cenOrderBy=relevancetro geográfico de Cataluña se encuentra el pequeño pueblo medieval de Solsona, una comarca rural rica en historia que da paso a los imponentes Pirineos. Cerca de la Catedral de Santa María de Solsona, en el antiguo núcleo urbano se sitúa La Freixera, un hotel con encanto ubicado en una preciosa casa artesana del siglo XIV en la que se conservan los arcos, tapias, forjados de madera, paredes de piedra y la estructura gótica de origen medieval. Todo esto le ha valido para ser declarada Bien Cultural de Interés Local (BCIL).

Con 10 cómodas habitaciones –algunas equipadas con chimenea– que combinan la modernidad y las instalaciones de un hotel de 4 estrellas con el encanto de la construcción medieval, así como una ubicación inmejorable, La Freixera es un alojamiento ideal para conocer la variedad que Cataluña ofrece, ya que se encuentra a una distancia ideal para visitar tanto la costa como las montañas y los viñedos que pueblan el interior de la comunidad. Así que no importa que seas de mar o de montaña, La Freixera será tu sitio de descanso perfecto en un entorno cargado de historia.

El hotel Hospes Palacio de Bailío, el primer 5 estrellas de la ciudad, es una joya enclavada en lo más profundo de la antigua ciudad califal de Córdoba. Esta particular casa solariega de roca caliza fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1982 y es un fiel testigo y exponente del pasado cordobés. La historia del palacio se remonta a la época romana -siglo I d.C.-, de la cual todavía se conservan sus espectaculares baños interiores y se puede admirar el paso del tiempo en rincones como el zaguán que da acceso al Palacio y que data del siglo XVIII; el patio principal, donde pueden apreciarse pinturas murales de 1720; la galería con decoraciones de estilo mudéjar; el Salón Castejón, cuya decoración se inspira en la capilla de la Mezquita de Córdoba; el Patio de la Fuente de la Concha, datada en el s. XVII con sus enigmáticas pinturas, así como las suites y habitaciones que conservan detalles de épocas anteriores y remontan a los huéspedes a un pasado lejano que se vuelve presente en este sitio tan bien conservado.

Además de un profundo viaje por la historia, en el hotel Hospes Palacio de Bailío disfrutarás de la mejor gastronomía en el restaurante Arbequina -situado sobre una antigua casa romana desde donde se pueden observar los vestigios a través del suelo de cristal-, espacio en el que el chef Javi Moreno propone una excelente fusión entre la cocina cordobesa y los sabores de lugares tan variados como Tailandia, Japón, México, Perú o Vietnam. Para rematar la experiencia, en el Hospes Palacio de Bailío disfrutarás del Spa Bodyna, un lugar destinado a la relajación y el placer en un entorno inigualable.

En pleno centro de Valencia se encuentra un hotel con encanto dentro de un antiguo palacio cuya fachada se remonta al siglo XIX. Podría parecer que la antigüedad del Palacio del Marqués de Caro fuera de tan solo 200 años, sin embargo, algunos de los secretos que esconde este singular edificio han permanecido ahí, esperando a ser descubiertos, durante más de 2.000 años, como es el caso del mosaico de la “Valentia Edetanorum” del siglo II a.C, cuando los romanos ejercían su poder en esta parte del Mediterráneo. A lo largo de los siglos, este espacio sufrió transformaciones que dejaron vestigios como la muralla árabe de Valencia, arcos góticos, restos visigodos y una azulejería digna de formar parte de un museo.

En Caro Hotel han sabido sacar el mayor provecho de la riqueza histórica con la que cuenta el inmueble para combinarla de forma majestuosa con el interiorismo más exquisito, diseñado por Francesc Rifé, en el que las comodidades del siglo XXI se funden delicadamente con las joyas arqueológicas del lugar. El hotel se encuentra situado a la perfección, a pocos minutos a pie de los principales atractivos de la ciudad tales como la Catedral, la plaza Redonda o la plaza de la Virgen. Las habitaciones, acogedoras y elegantes, son un refugio ideal para descansar después de recorrer el centro histórico e, incluso, algunas de ellas están delimitadas por la misma muralla árabe que por tantos años protegió la ciudad.

Cuenta la leyenda que cuando San Francisco de Asís terminó su peregrinación en Santiago de Compostela, tuvo la revelación divina de edificar un convento en las faldas del Monte Pedroso, lugar en el que oraba a San Francisco todas las noches. Así, en el año 1214 comienza la construcción del Convento de San Francisco, un impresionante conjunto monumental compuesto por dos claustros interiores, una iglesia neoclásica, tres comedores abovedados, un aula capitular gótica, un museo y espectaculares espacios verdes.

Inaugurado en 1984, durante el año 2000 hasta el 2005, el conjunto se somete a una intensa restauración y reforma y se reabre al público el impresionante hotel monumento, en el que las comodidades de la vida moderna conviven de manera armoniosa con el patrimonio histórico que lo alberga, en el que se conserva el estilo original. Entre los servicios del hotel destacan la piscina climatizada y cubierta con jacuzzi, los 6 salones de reuniones, el Auditorio Carlos V (donde se celebraron las Cortes de Castilla en 1520), el salón de lectura, el huerto del convento, así como la cafetería con carta de cócteles y el restaurante San Francisco, datado en 1730 y cuya especialidad es la cocina conventual, lo que lo convierte en el único de su clase en Galicia.

Abadía Retuerta LeDomaine es un maravilloso hotel histórico de 5 estrellas situado en en la provincia de Valladolid. El edificio que lo alberga cuenta con una historia que se remite al siglo XII, concretamente al año 1146, cuando se funda el monasterio de Santa María de Retuerta, considerado como una de las obras más importantes del románico vallisoletano. La persona responsable de su levantamiento fue Doña Mayor, hija del fundador de Valladolid, el Conde Pedro Ansúrez. En el año 2008, el arquitecto italiano Marco Serra comenzó la rehabilitación del monasterio para transformarlo no solo en un hotel sino también en un espacio dedicado a la paz, la tranquilidad y la contemplación de obras de arte vanguardista como las esculturas de Rückriem que se encuentran en el Jardín Museo.

Además de los servicios de alojamiento, la Abadía Retuerta LeDomaine es conocida por la elaboración de vinos de altísima calidad, que se lleva a cabo desde el año 1996. La bodega, creada por el enólogo francés Pascal Delbeck y gestionada actualmente por Ángel Anocíbar, es considerada como una de las más innovadoras y avanzadas de Europa. La gastronomía es otro sello distintivo que no podemos obviar. El chef Marc Segarra es responsable de los éxitos del restaurante Refectorio, galardonado con una Estrella Michelin, donde se puede degustar la mejor cocina creativa contemporánea basada en productos locales.

Entre los escarpados montes que conforman los cañones de la Ribera Sacra, ahí donde fluyen los ríos Sil y Miño, hay un monasterio cuyo origen se remonta al siglo VI y que, a día de hoy, se conserva como ningún otro en Galicia. El monasterio es ahora el Parador de Santo Estevo, un alojamiento que te transporta a través de los siglos, donde se pueden apreciar los estilos románico, gótico y renacentista al pasear por los claustros, ambientados de tal manera que generan un ambiente de serenidad y misticismo sinigual. Entre las obras de arte que se conservan en el complejo, destaca cuadro del siglo XVII La idolatría de Salomón por Luca Giordano, que forma parte de una serie que narra la vida del rey judío.

Las habitaciones del Parador de Santo Estevo son todas diferentes y ofrecen vistas a los maravillosos Cañones del Sil. Las antiguas caballerizas del Monasterio han sido reconvertidas en el restaurante Dos Abades, un impresionante salón de piedra abovedado en el que se puede degustar lo mejor de la cocina gallega. Después de recorrer los embalses en catamarán y de admirar la belleza de la región a través de los miradores, nada como una sesión de spa y someterse a los tratamientos más relajantes que puedas imaginar.

Hace casi mil años que el monasterio de San Juan Bautista de Corias fue edificado por los benedictinos en lo más profundo de un impresionante valle rodeado de imponentes montañas. El edificio ha sufrido varias reformas y transformaciones a lo largo de los años hasta lograr su forma actual. Ha pasado del estilo románico al renacentista y posteriormente al neoclásico, después de la restauración sufrida en 1744, a cargo de Ventura Rodríguez, a causa del incendio que calcinara con gran parte del complejo. Con una planta de más de siete mil metros y su imponente aspecto, el monasterio de San Juan Bautista de Corias es conocido como “El Escorial de Asturias”.

El Parador de Corias, además de ser un alojamiento accesible para el público en general, es también el hogar de los monjes dominicos, quienes habitan el monasterio desde hace más de 150 años. Los huéspedes podrán degustar las delicias de la comida asturiana en el restaurante situado en el antiguo refectorio del monasterio, recorrer los alrededores y descubrir los secretos de Cangas del Narcea entre los que destacan el Palacio de los Omaña, el Puente Colgante, la Capilla del Carmen o la Basílica de Sta. Mª Magdalena, y relajarse en el maravilloso spa que ofrece circuitos y tratamientos inolvidables.

Si eres un apasionado de los lugares históricos y quieres continuar el viaje a través de lugares místicos, te recomiendo que leas el artículo sobre los mejores hoteles en monasterios.